miércoles, 14 de enero de 2009

ENSAYO DEL ARTE CLÁSICO



Siempre que pensamos en arte, tendemos a dirigirnos al arte clásico y sus renacimientos, pero nunca nos hemos preguntado si este es el arte que tanto buscamos definir.

Buscando en Internet (Wikipedia) encontré la siguiente definición: La cultura griega y romana, durante el Renacimiento fueron consideradas “clásicas”, es decir, dignas de imitación (mímesis), como todo lo que es classicus (en latín: perteneciente a una clase, particularmente a una clase superior respecto a la inferior), o sea, lo que debe tomarse como modelo por ser de calidad superior.
Desde que se les asignó ese nombre, o incluso mucho antes, cuando pensamos en arte nos viene la imagen, por ejemplo, El Parthenon, pero no en la obra Fuente de Marcel Duchamp. Ambas son consideradas arte por todos los críticos, pero saliendo a la calle con la obra de Marcel Duchamp tardarán poco en desprestigiar la obra, decir que eso no es arte, y la ya tan famosa frase: “Eso también lo hago yo”.

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Desde pequeños siempre nos enseñaron obras de los grandes maestros como Miguel Ángel, Leonardo Da Vinci, etcétera, por lo que deducimos que eso es arte, pero cuando nos enseñar una obra modernista, dudamos si lo es o no lo es. Este pensamiento me ha llevado a plantearme si el arte clásico es realmente la definición de arte o lo es el moderno.

Para todo siempre han existido unos cánones de belleza que variaban dependiendo de la época. Durante el S. XX y lo que llevamos del XXI se nos ha intentado inculcar la idea de que una mujer debería de ser delgada con unas medidas exactas para poder ser bella, pero cuando nos preguntamos cual a sido y sigue siendo el mito sexual pensamos en Marilyn Monroe, una mujer que ni estaba delgada ni tenia unas medidas exactas, y volvía loca a la gente con una talla 40.

Por esto me planteo si el arte moderno, en todas sus variantes, es o no más arte que el clásico. Además no viene mal recordar, la “incultura” respecto al arte que inunda la sociedad, debido por ejemplo al pasotismo de los medios de comunicación, que dedican muy poco o nada de tiempo para exposiciones, museos, etc. pero si mucho para cine, música, y cada vez más, videojuegos.

La falta de formación por parte del público en general, sumado a los prejuicios en el arte, hace que cada vez sea más difícil conseguir ser artista y triunfar en este mundo tan clasista.

Nunca sabremos definir arte en palabras, pues el arte es de cada persona, pero tampoco dejaremos de oír a gente decir: ¿Eso es arte? Sin darnos cuenta de que la obra que estamos mirando es tan arte como, por ejemplo, El David de Miguel Ángel.

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